Este famoso anfibio vive entre Concepción y Aysén, habita en bosques templados, en la vegetación del suelo. La Ranita de Darwin es principalmente terrestre, ya que no depende de cuerpos de agua, pero sí de una alta humedad ambiental para sobrevivir.

En las últimas décadas, su población se ha visto disminuída en más de un 50%. Una cifra alarmante, asociada a la reducción y deterioro de su hábitat natural, la urbanización de zonas boscosas, actividades forestales, agrícolas y ganaderas, enfermedades, incendios, contaminación del agua, introducción de especies invasoras y el cambio climático.

Históricamente, el bosque nativo ha sido degradado por la tala selectiva de especies de alto valor comercial, como el alerce y el raulí, amenazando directamente la supervivencia de la Ranita de Darwin.

Entre los principales depredadores están el visón y las ratas que cazan a esta pequeña rana.

La amenaza latente de incendios forestales pone en especial riesgo a la Ranita de Darwin, ya que necesita de bosques nativos con alta humedad para sobrevivir, además de generar un ambiente propenso a la erosión y al cambio climático.

La Ranita de Darwin está siendo afectada por la quitridiomicosis, una enfermedad originada por un hongo, que causa mortalidad y disminución de las sus poblaciones, así como la de otros anfibios en Chile.

La contaminación de los bosques y humedales restringen el área de distribución de esta y otras especies, además de potenciar la crisis climática que afecta directamente a la Ranita de Darwin.

Una causa del descenso de esta especie es causada por pisadas de turistas que se desvían de los senderos habilitados, afectando al ecosistema y aplastando a la Ranita de Darwin que pasa inadvertida.